Me gusta este Cristo desde chiquitita,incluso antes de saber que era y como era ,de muy pequeña ami me dormian en lugar de con una nana ,con la cancion que los legionarios cantan a su Cristo "El novio de la muerte",no era una niña dormilona y me despertaba mucho asi que mi padre empezo a cantarmela fuera la hora que fuera y con ella me dormia placidamente,los vecinos le decian a mi abuela "quien sera el loco que demadrugada canta el novio de la muerte" ella sonreia y callaba puesto que era su hijo el que se la cantaba a su nieta.
Hoy me gustaria que conocierais su historia,puesto que procesiona aqui en Malaga y aunque hoy solo lo vi en la tele el siempre estara presente en mi vida.
Mi nana fue esta...
Nadie en el Tercio sabía
quien era aquel legionario
tan audaz y temerario
que a la Legión se alistó.
Nadie sabía su historia,
más la Legión suponía
que un gran dolor le mordía
como un lobo, el corazón.
Más si alguno quien era le preguntaba
con dolor y rudeza le contestaba:
Soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera;
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tal leal compañera.
Cuando más rudo era el fuego
y la pelea más fiera
defendiendo su Bandera
el legionario avanzó.
Y sin temer al empuje
del enemigo exaltado,
supo morir como un bravo
y la enseña rescató.
Y al regar con su sangre la tierra ardiente,
murmuró el legionario con voz doliente:
Soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera;
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tal leal compañera.
Cuando, al fin le recogieron,
entre su pecho encontraron
una carta y un retrato
de una divina mujer.
Y aquella carta decía:
"...si algún día Dios te llama
para mi un puesto reclama
que buscarte pronto iré".
Y en el último beso que le enviaba
su postrer despedida le consagraba.
Por ir a tu lado a verte
mi más leal compañera,
me hice novio de la muerte,
la estreché con lazo fuerte
y su amor fue mi ¡Bandera!
EN 1881, en el popular barrio del Perchel se funda una cofradía, y buscando una imagen para procesionar, abandonada en una iglesia encuentran un expresivo Cristo yerto en la cruz, talla barroca del granadino Juan de Mena, y al año siguiente le sacan. A finales del siglo XIX, las protestas obreras conmocionaban una sociedad malagueña donde languidecían las cofradías, que en el caso de ésta, “integrada por elementos populares y de mala vida”, se limitó a funcionar como mutualidad de entierros.
DESTACADOS miembros de la aristocracia y alta burguesía local, en 1915 deciden revitalizar el culto, y fusionan esta humilde cofradía con la señorial hermandad dominica de la Virgen de la Soledad (del siglo XVI, introductora de los desfiles militares) en la nueva Congregación de Mena, encargándose de volver a procesionar al Cristo yacente renombrado de la Buena Muerte “con elementos lujosos y espectaculares”. En 1918 le añaden una Guardia de la Roma Imperial de aspecto teatral, aceptando Alfonso XIII ser nombrado Hermano Mayor Honorario de esta Congregación, cuya procesión se erige en una de las más brillantes de la ciudad, con la inclusión de la Guardia Civil a caballo y banda de música. Al siguiente año se engalana con armaduras de la época de los Reyes Católicos. Los poderes económicos locales se plantearon atraer forasteros a las procesiones, y crean la Agrupación de Cofradías en 1921, cuando el desastre de Annual hace tambalear al régimen monárquico.
MÁLAGA estaba muy relacionada con las guerras de Marruecos, al embarcar por su activo puerto soldados y materiales, y atender a los heridos. En 1920 se funda el Tercio de Extranjeros o Legión, al mando de Millán Astray y Franco, que comparten el credo legionario: “el espíritu del legionario es único y sin igual, de ciega y feroz acometividad”, y consiguen la lealtad de marginados tratados como caballeros. Es tradición oral en la Congregación que pronto entabla amistad con jóvenes oficiales del Tercio, de paso hacia Melilla, quienes se fueron haciendo devotos del crucificado tallado por Mena. Durante la Dictadura de Primo de Rivera (iniciada en 1923), alcanzará su ‘edad de oro’ la Semana Santa malagueña y, en especial, la Congregación de Mena, cuyo hermano mayor en 1924 es el opulento comerciante Félix Sáenz, senador y gran apoyo del dictador.
1925 va a ser fecha clave. El constructor Antonio Baena, quien había sido Mayordomo de Mena antes de presidente de la Agrupación, viaja a la corte para invitar a la familia real a las procesiones de una ciudad que aspiraba a desbancar a San Sebastián y Niza como destino turístico. Quien llegó en barco fue Primo de Rivera, para reunirse con el general Sanjurjo, jefe del ejército de África, y el teniente coronel Franco, jefe de La Legión, para decidir un plan de ataque. Los miembros de la cúpula bélica, en unión del obispo Manuel González (hoy día beatificado), presidieron el cortejo procesional del Cristo de Mena, al que acompañaba la banda de cornetas de La Legión, en la que es su primera intervención oficial en una Semana Santa malagueña, en la que salieron 21 procesiones, incluyendo otra cofradía relacionada con los Húsares de caballería. En esta reunión de altos mandos se aprobó el plan de Franco de desembarcar en Alhucemas, lo sucedió con éxito meses después, con Franco y su Legión en vanguardia. Como premio, asciende a general, y esta operación le servirá de ensayo para su cruce del Estrecho con el ejército de África en 1936 para destruir la República.
EN 1929, año del crack, en la deprimida Málaga crecían el descontento y los ideales revolucionarios, y por otro lado, la Congregación de Mena se identificaba con la causa monárquica, al constituir una Junta de Gobierno honoraria con el rey como Hermano Mayor, la reina Camarera Mayor, y como Mayordomos y Camareras una amplia lista de duques, marqueses y condes (La Saeta, 1929). Meses después, el dictador cedió el poder. La Semana Santa de 1930 fue presidida por el infante real, y destacó la participación de la Legión, con su adornado carnero-mascota escoltando el trono del Cristo de la Buena Muerte.
PARA corresponder a las atenciones, la Legión invitó a los congregantes a sus cuarteles africanos, y partieron dos expediciones. La primera visitó Ceuta, donde el jefe de Legión brindó por un Cristo que “será siempre el Patrón de la Legión”. En gratitud, el Hermano Mayor “invitó a la Legión a venir a Málaga todos los Jueves Santos. Como nota simpática, los congregantes de Mena regalaron un collar de lujo al carnero Bartolo” (La Unión Mercantil, 18/04/1930). La segunda fue a Melilla, donde nombraron Hermanos honorarios a todos los legionarios. Entonces, “los legionarios filiaron al Cristo de Mena como ingresado en el Tercio. ‘Jesús de Nazaret’ escribieron en las casillas del impreso de alistamiento, ‘hijo de José y de María, de 33 años [...] causa alta en el Tercio en el día de hoy”. Al volver, dieron de alta “como Hermanos efectivos, a todos los jefes y oficiales que actualmente [y en lo sucesivo] presten servicio en la Legión”.
EN 1931 coinciden una feroz campaña de elecciones municipales (planteada como plebiscito entre monarquía y república) y la Semana Santa, en la que intervinieron casi 500 legionarios. Las elecciones en Málaga ciudad tuvieron este resultado: alianza republicano-socialista 32 concejales, y la coalición monárquica 14, lo que demuestra las preferencias de la población. A poco de proclamarse la República, unos incidentes en Madrid desembocan en la quema de conventos, que se extienden a Málaga entre el 11 y 12 de mayo. Un total de 19 edificios religiosos fueron incendiados y otros 23 saqueados. Uno de los templos que ardió fue el de Santo Domingo, desapareciendo el Cristo de Mena. La prensa local da cuenta de la impunidad que encontraron los alborotadores, en su inicio muy organizados y dirigidos por alguien con autoridad que nunca llegó a ser identificado. Incluso el orden de las iglesias atacadas coincidió con una relación que el obispado entregó en el gobierno civil, para supuestamente protegerlas. Los partidos republicanos constituyeron una Guardia Cívica para defender los templos, la CNT publicó un manifiesto pacificador, y se decretó la ley marcial. Estos vandálicos incidentes causaron una gran fractura social, alejando del recién nacido sistema a muchos sectores. Decretada la separación de la iglesia y el estado, en los años republicanos no salieron militares en las procesiones (a veces sustituidos por escuadras de falangistas), y la Congregación se limitó a cultos internos. En cuanto a La Legión, en la década de los treinta forjaría su sangrienta leyenda.
Desde entonces y hasta ahora todos los años se dice que la Legion no vendra.......pero siempre esta en su puesto,junto a su Cristo y alli siemore estara.
Saludos de USA.
ResponderEliminarTara querida. Linda entrada! Me encanto.
Un abrazo fuerte, lleno de paz y amor,pa-
ti y los tuyos.
Love.
Cotiti.
Saludos de USA.
ResponderEliminarTara querida. Gracias por esta linda entrada.
Me encanto!. Te deseo para ti y los tuyos, un
lindo DOMINGO DE RESURECCION.
Love.
Cotiti.
Bella entrada y tanto dice...
ResponderEliminarTe invito a pasar por mis blogs dónde ya has estado otraras veces, los mismos te loa recuerdo:
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dónde cultivo los sentires recibidos y en este nuevo post me conoceras mejor además de regalos y premio.
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Alli espero tu decir con cariño y cálidez.
Gracias por tus visitas y seguir mis blogs.
Un abrazo desde Buenos Aires a puro sentir con mate en mano.
María del Carmen
Hola preciosa ...cuanto tiempooooo ,la culpable soy yo por no poder entrar ni a escribir ni a leeros ,pero con la entrada de la proxima primavera me pondre al corriente muchos besitos
ResponderEliminarMª Carmen no puedo comentar en tus blogs y no se porque,indicame que hago
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