lunes, 1 de marzo de 2010

BRUJAS ,HECHICERAS Y LA INQUISICION

Lo que aqui cuento, tiene su historia hace muchos años....parte en Canarias y otra en Toledo...



En general, tras el delito de superstición se escondían aquellasprácticas relacionadas con la magia amatoria, la adivinación o lasanación, aunque en el siglo XVIII la hechicería se torna más siniestray se la relaciona con toda suerte de maleficios. Los supuestos pactoscon el diablo empiezan a proliferar, aunque también podemos encontrar referencias interesantes desde el siglo XVI. En la visita que realizamos al Museo Canario en Las Palmas de Gran Canaria, tuvimos laoportunidad de tener en nuestras manos cientos de legajos sobre procesos inquisitoriales y cuál no sería nuestra sorpresa al comprobarla existencia de un patrón prefijado en las acusaciones. Si comparamos procesos distintos vemos que se repiten las mismas: "menosprecio del sacramento del bautismo, pacto con el demonio en forma de camello o cabrón negro, chupar la sangre a bebés, mujer pertinaz que creía en los engaños del demonio, estropear las cosechas". Estas acusaciones, hechas al mismo tiempo contra Lucía de Herrera y Lucía de Cabrera(dos mujeres diferentes pese a la coincidencia en el nombre) motivaron la muerte de la segunda víctima de la tortura, el uno de enero de 1578,siendo enterrada por mandato del Inquisidor en el hospital donde falleció. Lo curioso de ambos casos es que en la acusación de chupar la sangre a un bebé no citan ningún dato de identificación del bebé ni desu madre, simplemente hablan de "una mujer parida de 6 días". "A la hora de media noche poco más o menos estando las puertas de dicha casa cerradas, una hacienda en el campo, la dicha Lucía de Cabrera juntándose con el demonio se fue para la casa (ilegible) el dicho demonio abrió las puertas del aposento donde la dicha mujer parida estaba (ilegible)y viendo ocularmente la dicha mujer que la dicha Lucía le chupara su criatura no pudiendo menearse a quitársela, le dijo muchas veces con ruegos que no le chupara su criatura y (ilegible) hasta tanto que (ilegible) dejósela ya chupado la dicha Lucía de Cabrera".


Un elemento importante en la cultura canaria son los bailes de brujas.  Todavia`perviven en nuestra geografía lugares con nombres alusivos a esos supuestos encuentros de mujeres que danzaban y cantaban por nuestros  montes (El Bailadero en Tenerife, El Llano de las Brujas en LaPalma,...). Las palmadas y las patadas en el suelo formaban parte de  algunos rituales de magia amatoria y de conjuro de males:


"Con dos de veo

y con cinco de encanto,

la sangre te bebo,

el corazón te parto,

que hagas lo que te mando,

como mando la suela

de mi zapato"

(Y se dan tres patadas en el suelo)
Las oraciones, producto del sincretismo religioso, son sumamente utilizadas también para conjurar maleficios, males de ojo, y también,cómo no, para amarres de parejas. Las más comunes son a Santa Marta, a San Silvestre o a las ánimas del purgatorio.
"Marta, Marta, la que los vientos levanta

la que los Diablos encanta

la que guiso los vinos a los finados, la que quitó los dientes a los ahorcados

La que desenterró los huesos a los enterrados

La que con Doña María de Padilla trato y conversso

La que los nueve hijos pario y todos nueve se le desminuyeron...

Asi como esto es verdad, me vayas al corazon de Bartolomé Guerra y me le quites tres gotas de sangre donde quiera que estuviere me lo traigas presto corriendo volando donde yo Margarita estoy asi me lo amarres y amanses y me le pongas el amor en su corazon, para que me quiera, y en su memoria me tenga que no me pueda olvidar de noche ni de dia donde quiera que estuviere, para que ninguna mujer donde quiera que estuviere no tenga sosiego ni pueda comer ni dormir sino fuere conmigo ni pueda tener otra mujer"

(Extraído literalmente de la Colección Bute, The inquisition in The Canary Islands, del proceso a Catalina del Castillo, hechicera de La Gomera).
Y finalmente, las hierbas, plantas, minerales,... cualquier elemento que tuviese poder de sanación era utilizado por las supuestas brujas con fines terapéuticos. Quizás ha sido este conocimiento el que más ha existido en Canarias hasta la actualidad y el que se ha transmitido degeneración en generación y ha sido aprovechado por nuestras modernas sanadoras, curanderas y santiguadoras.

Condenas inquisitoriales
Hubo un cierto “dejar hacer” por parte de la Inquisición toledana hacia estas prácticas mágicas. Todas las hechiceras eran conocidas en la ciudad, y sus artes utilizadas por vecinos de cualquier estrato social. Hasta 1530, ya con cuarenta y cinco años de funcionamiento, el Tribunal toledano de la Inquisición no procesa a persona alguna acusada de hechicería. El nombre de la desafortunada fue Leonor Barganza, de gran fama entre los toledanos por sus conjuros para “desligar”, y fue precisamente esa fama, las envidias y los encontronazos con los vecinos lo que propició su arresto. En sus propias palabras, ella era requerida por muchas personas “…que le pedían que les hiciese algunas cosas para que fuesen bien quistas de sus maridos, de noche y de día, casados e por casar, de diversas cualidades, como si fueran a ganar pendones…” Esta mujer siempre andaba en hábito de beata, siendo además descendiente de judíos, lo que ya de por sí era grave para los ojos de un inquisidor y motivo mayor para su acusación inicial por parte de estos.
También es detenida en aquellas fechas Catalina Tapia, su directa competidora que vivía en la Plaza del Marqués de Villena, con intensa vida amorosa  y a la que también se le achacaban ciertos sucesos relacionados con la hechicería sucedidos en la ciudad. Catalina es detenida en 1532, y como se niega a declarar se la pone en el tormento. Según narran las actas inquisitoriales, el tormento fue leve y lo aguantó sin declararse culpable. Fue condenada a recibir un centenar de azotes.
También Mencía Chacón, que vivía en la calle de la Trapería, sabía hacer conjuros para atraer amantes. Curiosa la forma de hacerlo, pues a media noche salía a la puerta de su casa y exclamaba: “Diablos del horno, traérmelo en torno; diablos de la plaza, traérmelo en danza; diablos de la carnicería, traérmelo ayna"
Fueron muchas más las mujeres y hombres detenidos por la Inquisición acusados de hechicería; entre estos nombres destacan Catalina Rodríguez, Juana Hernández, dedicadas a practicar conjuros de poca monta casi siempre relacionados con el amor.
La que era considerada mejor hechicera de Toledo vivía junto a la puerta del Cambrón. Inés del Pozo recibía de forma habitual numerosas visitas de hombres en su casa para que les devolviese la virilidad que les había sido arrebatada por las otras hechiceras toledanas… También contaban entre sus habilidades recuperar amores de mujeres despechadas, para lo cual utilizando alguna ropa del hombre, previamente untada con su semen, y a media noche como es menester, recitaba: “Conjúrote, semilla, así como del cuerpo de Satanás, con el Diablo Cojuelo que puede más, que así como te has de quemar, así se queme Fulano por mí, que no pueda sosegar hasta que no venga a mi mandar”, quemando después la ropa. La condena que esta mujer sufrió fue de las más duras impuestas por este tipo de delitos: diez años de destierro y doscientos azotes. (Juan Blázquez de Miguel: “Toledo Mágico y Heterodoxo”)
No poco conocida también en 1635 era Ana de la Cruz, que vivía en la calle del Pozo Amargo, y junto a ella buen número de hechiceras Toledanas. Esta zona de Toledo, muy próxima a la Catedral, siempre fue habitual lugar de correrías de brujas y hechiceras, y aún hoy en día son muchos los que atraviesan el cobertizo cercano al pozo que allí se encuentra los que “sienten algo”. Ana era experta en la búsqueda de desaparecidos, en los conjuros relacionados con el amor, y en su casa se hallaron numerosos elementos utilizados en estas artes: valeriana, “unto” de ahorcado… Fue procesada, siendo condenada a tres años de destierro.
Por esta época destacaban también en Toledo María de las Cuevas, Isabel Bautista, mujeres de bajo estrato social, en ocasiones casi en la más absoluta miseria, que aprovechaban estas artes transmitidas oralmente para ganarse el sustento.
Fue hacia 1808 cuando queda registrado el último proceso inquisitorial contra una mujer en Toledo. Francisca N., que vivía en la calle de San Lorenzo es acusada de realizar diversos sortilegios amatorios, pero debido a la convulsa situación de este momento histórico (invasión Francesa) el caso queda incompleto, siendo éste el último proceso inquisitorial que por superstición se dio en el Tribunal de Toledo.
En la actualidad, no es común observar noticias documentadas sobre hechicería en la ciudad, pero es digno de destacar las noticias que cada cierto tiempo se publican en la prensa local que continuan asociando la ciudad de Toledo con modernos "aquelarres", y la presencia de no pocas personas relacionadas con este tipo de cultos.

3 comentarios:

  1. Hola Tara pasaba a saludarte y comentarte que mi poema “ES LA DICHA” compite en Antología Literaria, si te gusta agradeceré tu voto, solo hay que marcar el circulo en la columna derecha y pinchar vota.
    aquí te dejo el enlace para ver el poema,
    gracias por tu dedicación.
    que tengas una feliz semana.

    http://antologialiterariaactual.blogspot.com/

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  2. RMC tu poema es precioso y espero que ganes,mi voto ya lo tienes y espero que el de alguno de mis seguidores tambien.Un abrazo

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  3. Buen post!!Gran blog!!

    http://balapertotarreu.blogspot.com

    Frank

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